20080828

Glosas marginales a Las palabras y las cosas: órdenes imposibles, absurdos y arbitrarios

Tipos de enfermos: los rubicundos, los que le tienen miedo a las inyecciones, los sifilíticos, los ansiosos, etcétera, los que están a punto de seducir a la enfermera, los del Hospital General, los que están comprendidos en la presente lista, los que tienen un pulso de 35 latidos por minuto, los que ya pasaron a mejor vida, los que se curaron de cáncer de páncreas. Esta paráfrasis de la famosa enciclopedia china a la que alude Borges en "El idioma analítico de John Wilkins" es acaso una lista inútil y absurda, pero no es imposible de pensar. Contiene, como dice el propio Borges, "ambigüedades, redundancias y deficiencias", él no habla de imposibilidades. Es cierto que la distancia entre sus elementos es enorme pero difiero de Foucault cuando compara la lista original de Borges con paradojas famosas: "La catégorie centrale des animaux 'inclus dans la présente classification' indique assez, par l'explicite référence à des paradoxes connus, qu'on ne parviendra jamais à définir entre chacun de ces ensembles et celui quei les réunit tous un rapport stable de contenu à contentant". La paradoja que emerge cuando un conjunto es elemento de sí mismo no es equivalente a la redundancia que ocurre cuando una lista repite sus elementos al mencionarlos tanto aisladamente como dentro de un subconjunto. Poco importa que la lista contenga elementos reales y fabulosos, eso no la hace imposible de ser pensada. Foucault acierta al decir que este tipo de clases disparatadas son islotes discontinuos (îlots discontinus), pero no al asociarlos con la paradoja de Russell en la teoría de conjuntos. Cierto, alguien podría perder mucho tiempo al tratar de ordenar los animales o los pacientes dentro de las taxonomías de la "enciclopedia china" y de mi ejemplo de los enfermos, pero no se trata del escándalo que ocurre cuando algo es a la vez y necesariamente cierto y falso, cuando está incluído y excluído de un conjunto. Incluso, podríamos llegar a imaginar un médico, autor de la primera lista, que se sirviera de ella para PENSAR algo subjetivo relacionado con su carrera (anécdotas, coincidencias, chistes sobre pacientes, etc.). Hacer la distinción me parece importante para la comprensión del proyecto de Foucault porque las paradojas formales que estudian los lógicos no son más irracionales que los desórdenes ontológicos (producto de desencajamientos históricos y culturales) que interesan al primero. Nos asombran los órdenes que se organizan según épistémès que no son nuestra épistémè por la distancia que nos separa de aquéllas, mientras que nos intrigan las paradojas propias a nuestra épistémè porque constituyen monstruosidades locales.
Lo que es cierto es que ni la enciclopedia china, ni la anterior lista de enfermos parecen tener una unidad interna, sus elementos no comparten un sistema métrico. No se trata, por lo tanto, de órdenes "clásicos". Según Foucault, antes de la época clásica (concretamente en el siglo XVI), las cosas se ordenaban según formas de semejanza: convenientia, aemulatio, analogie, sympathie. No era preciso compartir una unidad, una medida. El juego de las similitudes era infinito. Es difícil poner un ejemplo, no siendo nosotros renacentistas, pero pensemos en la lectura moderna del Tarot, esa miniatura obra maestra del Renacimiento: el cartómago se libra a un juego de interpretación ilimitado consistente en encontrar la hermandad entre las cartas que son tiradas al azar y los signos que el consultante lleva consigo (su mirada angustiada o colérica, su clase social, sus preguntas, su ropa, sus acompañantes, etcétera). El intérprete del Tarot busca analogías, simpatías y proximidades entre las cartas (eso que los renacentistas llamarían un microuniverso), el mundo exterior y la persona que ha planteado la pregunta (también un microuniverso). Es por su carácter anacrónico que la lectura del Tarot parece tan absurda a los racionalistas. Para éstos, es preciso que el orden de las cosas sea finito: "soit sous la forme d'un recensement exhaustif de tous les éléments qui constitue l'ensemble envisagé; soit sous la forme d'une mise en catégories qui articule dans sa totalité le domaine étudié; soit enfin sous la forme d'une analyse d'un certain nombre de points, en nombre suffisant, pris tout au long de la série." Y es precisamente el tema de la inducción o enumeración suficiente de elementos de una lista, uno de los puntos que separa el racionalismo de Blaise Pascal del de Descartes: no podemos confiar plenamente en los órdenes de la razón clásica porque los humanos estamos presos en un universo que parece infinitamente grande y, a la vez, posee detalles infinitamente pequeños, observa el primero. Borges está de acuerdo con Pascal: "no hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué pasó con el Comic?

Comienzo a extrañarlo...

Bernardo Bolaños dijo...

Hola. El Cómic metafísico fue borrado de un golpe de mano firme y sin aviso por un estudiante de ingeniería y alto burócrata internáutico de 21 años de edad, llamado Kved. Un celoso aplicador de las reglas como los que hacen falta en este caótico planeta.
Saludos,
bb

Anónimo dijo...

¿Qué hará al respecto?

Anónimo dijo...

¡Gracias!

Anónimo dijo...

¡Hola!. En realidad la parte del cómic que más extraño es la de "La Predicadora"...gran personaje... gran mujer...

Anónimo dijo...

Qué bueno que te haya gustado la historia de la predicadora. Cuando tenga un momento la subiré ¡Gracias!
bb