20150517
Ni anular, ni someterse a los partidos. Por un voto paraconsistente
20150514
De un académico politizado a otro
Twitter y sus telegramas de 140 caracteres ya no dan para los intercambios de ideas con mi colega Juan Jacobo Schmitter. Por eso, extiendo nuestra discusión a mi blog. En este caso, comento muy brevemente su nota "El voto (in)útil" publicada en https://morenaopb.wordpress.com.
JJS dice que "muchos de los votantes de Fox también tuvieron que reconocer que [llegar a la presidencia] no sirvió para nada".
Comentario: No voté por Fox y, sin embargo, creo que la alternancia en el poder sirvió para introducir en México, por primera vez en la historia, la política de partidos múltiples en la cual los ciudadanos nos vemos forzados a escoger. Para hacerlo, algunos nos ponemos a intercambiar argumentos. Si a eso no se le quiere llamar democracia, no importa, no existía antes en México, cuando debíamos acatar el "dedazo" presidencial por el cual "Dios nacía y moría cada seis años".
JJS dice que "Si no hubiera más opciones que PRI, PAN o PRD, podría entenderse votar por PRD, un “voto útil” para el “menos malo” de los tres. Pero votar así entrañaría un riesgo atroz, habida cuenta de que, para volver a la prueba mencionada, también el PRD firmó ese Pacto contra México. En vista de esto, aunque el PRD pudiese estar “más a la izquierda” que el PRI, no cumple requisitos mínimos de honestidad y congruencia como partido. No es útil votar por ellos en sentido alguno: es votar por el mismo régimen".
Comentario: Que el PRD haya firmado el pacto por México y que sea controlado por una camarilla burocrática llamada "Los Chuchos" son las dos razones quizá más mencionadas por los líderes y militantes de Morena contra tal partido. En lo personal, doy peso a ambos argumentos, pero los sopeso frente a los argumentos, también legítimos, contra Morena. El resultado será que tengo frente a mí a la izquierda pragmática-burocrática luchando electoralmente contra la izquierda cesarista-radical (traté de eludir los adjetivos "acaudillada" y "sectaria" para no ser acusado, por mi colega u otro militante de Morena, de insultarlos. Los adjetivos que elegí pueden quizá gustarles, pues César era un líder y Marx recordaba que "ser radical es tomar las cosas por la raíz").
Yo no me pregunto si debo ser pragmático o radical para luego decidir mi voto. Al revés. Voto según mi leal saber y entender y, luego, sé que fui pragmático o radical (o idiota). En mayo de 2015, me atraen candidatos de izquierda preparados, pero también ciudadanos insaculados que podrían romper con la sordera corrupta de la clase política. Me atraen los proyectos ambiciosos de igualdad social (como el emprendido por AMLO en el DF en favor de los adultos mayores que hoy es ejemplo en todo el país), pero temo a una izquierda autoritaria y formada durante décadas en tradiciones maoístas, estalinistas, peronistas, etc. Cuando los Chuchos del PRD muestran su cinismo mezclado con tibieza, me digo que votaré por Morena. Cuando los militantes de Morena me insultan en Twitter por pragmático, digo que no los premiaré con mi modesto voto. Pero no soy anulista, por lo cual, mi voto se ira seguramente a la izquierda pragmática-burocrática o a la cesarista-radical, o a ambas.
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