20120522

¿Por qué voy a votar por AMLO aun si no estoy de acuerdo con algunas de sus propuestas?

No creo que el Estado Mexicano deba construir 5 refinerías porque corre el riesgo de hacerlo mal y con un alto costo, cuando existen compañías privadas que tienen la experiencia y las patentes para hacerlo de manera barata. No creo que el Estado Mexicano deba construir un tren bala porque, a diferencia de Europa, es el transporte aéreo el que resulta más adecuado dada la extensión de nuestro territorio y lo accidentado de su suelo. Andrés Manuel López Obrador ha dicho que le gustaría promover un Estado de Bienestar como el europeo en México. No está claro si ello significa un estado que administre empresas industriales públicas, un estado que redistribuya la riqueza mediante impuestos progresivos, un estado que garantice tarifas universales subsidiadas o un estado que mediante gobiernos de coalición aplique programas consensados entre trabajadores, empleadores y partidos políticos. La socialdemocracia escandinava no buscó tener la propiedad pública de los medios de producción, el primer laborismo británico sí. El "Estado Providencia" francés no estuvo fundado en gobiernos de coalición como sí el Estado Social austriaco. No existe un modelo único de Estado de Bienestar Europeo y no sabemos exactamente qué quiere decir López Obrador cuando propone inspirarse de ellos. Sabemos, en cambio, que existe una crisis financiera en Europa por el costo de ese modelo. En Alemania descubrieron rápidamente que las altas jubilaciones correspondientes al último salario del trabajador (no proporcionales a los años de cotización) eran incosteables, en Francia se percataron que algunas empresas públicas eran ineficientes y no estratégicas, en España se dan cuenta que la seguridad social no debería pagar cirugías estéticas, en Grecia se han encontrado recientemente fraudes escandalosos al sistema de seguridad social (como taxistas en activo que reciben pensiones por "ceguera", falsa desde luego y falsa para el burócrata que la autorizó). ¿Qué debemos y podemos copiar del Estado Benefactor Europeo? El profesor del ITAM Rodolfo Vázquez en su reciente libro Consenso socialdemócrata y constitucionalismo (Fontamara, México, 2012) explica que un estado decente es aquel que, al menos, no humilla a las personas. Hay estados cavernarios que admiten la crueldad contra sus súbditos, estados que no toleran la crueldad pero sí las humillaciones, estados que no toleran humillaciones pero son injustos en la repartición de bienes y derechos. En este continuo que va de los peores estados a los mejores, podríamos poner en duda la viabilidad de algunos modelos de justicia distributiva por su imposible financiación o incorrecto sistema de incentivos. Se dice que la socialdemocracia escandinava, por ejemplo, vio afectada su eficacia económica por la radical nivelación de los ingresos entre sus habitantes. Pero si cierto grado de desigualdad puede ser necesario y legítimo como incentivo de la producción (John Rawls lo reconoció en 1971 en su gran Teoría de la justicia), existen crueldades sociales e indecencias que no debieron ni deben tener lugar ni antes, ni durante, ni después de la era del Estado Benefactor. La explotación cínica a los trabajadores subcontratados en Santa Fe, Ciudad de México, que deben comprar su propio uniforme y someterse a humillaciones cotidianas por parte de capataces pagados para evadir prestaciones laborales y otorgar servicios "impecables"; la proliferación de niños mendigos en las ciudades mexicanas; la narco-guerra que liquida sin más trámite a decenas de miles de personas; la corrupción abierta de líderes sindicales corporativos heredados del viejo régimen posrevolucionario, etcétera, etcétera... son fenómenos de indecencia intolerable. ¿Quién puede corregir esas muestras de crueldad e indecencia en México? No veo combatiéndolas al candidato del PRI, con sus gastos personales ostentosos, sus aliados cercanos y su trayectoria dentro del Grupo Atlacomulco. ¿No temo a las inexactitudes y defectos técnicos de las propuestas de López Obrador? ¿No confunde él una política estatista obsoleta con una de redistribución justa? ¿Mis diferencias con él no son lo suficientemente graves? No, no lo son, porque sé que como presidente estaría rodeado de colaboradores que le mostrarían la viabilidad de unas y otras propuestas. Hoy no se requiere de mucho para saber por qué fracasaron algunos estados europeos de bienestar. En cambio, la trayectoria del candidato de la izquierda dice mucho de lo que sí está dispuesto a hacer. A combatir la crueldad y la indecencia institucionales. Si además llega la justicia, qué mejor.