20090928

Venganza contra un tipo que me hostiga por Internet

"Me río de ti, blanco de verdes venas,
-¡bien se te ven porque hablas de aristocracias puras,
de ingenios florecientes y arcas llenas!"

-Nicolás Guillén-



Hay un pobre animal que lee mi blog seguido,
Escribe siempre insultos, su vida está vacía.
Me deja comentarios puritanos de ardido;
repite, qué tarado, la misma letanía.

Desde aquí yo me burlo de ti, Jaime Delfín,
siempre fuiste un idiota y además adefesio.
Aunque, estamos de acuerdo, soy poeta balín:
si me ocupo de ti es porque soy muy necio.


Agrego ahora la reacción de mi amigo Raul Casamadrid a la entrega anterior

"No digo que te pase a ti, Bernardo, pero en una ocasión me sorprendí hablando solo. La primera vez me oí pero no dije nada. La segunda vez me respondí algo, pero con desgano. Después comencé a hablar más, sin hacerme mucho caso. Luego las pláticas se volvieron frecuentes, tediosas, insidiosas y obscenas. Molesto con mi propio interlocutor decidí cortar por lo sano y dejar de hablar sin prodigarle más atención. Fué entonces que comenzó todo...

"Primero en el refrigerador: breves notas burlonas escritas en pequeños papelitos autoadheribles y de colores chillantes, llenas de groserías y sarcasmos burlones. Luego, llamadas a mi cel: un día el buzón amaneció lleno con mensajes de voz y de texto sin sentido; algunos urgiéndome a salir pronto de la ciudad y, otros, quejándose amargamente por no haber acudido a supuestas citas...

"La cosa no paró ahí: luego me empezaron a llegar postales con imágenes de edificios y sitios pintorescos ¡de mi propia ciudad!, enviados desde la oficina de correos del centro histórico y escritos con una deleznable caligrafía, como garabateados con la mano izquierda -siendo que soy diestro. Tan mala era la letra que ni siquiera pude descifrarlas -aunque en las noches soñaba frases que al amanecer podía ligar con aquellas escritas sobre las postales depositadas por el cartero en turno...

"Con cierto nerviosismo, y ansioso por pasar a otro estado, literalmente, me fugué de la entidad a otra ciudad. Cuál no sería mi sorpresa cuando al llegar a un céntrico hotel me topé una habitación reservada a mi nombre y varios mensajes mecanografiados en el casillero de la recepción.

"Debo confesar que por éstas y otras razones jamás obtuve una cuenta de correo electrónico. Pasé años hablando por teléfono y gastando en paquetería para enviar tristes sobres... El temor que mostraba al acercarme a un ordenador, me agenció de burlas y pesados chascarrillos entre amistades, compañeros de trabajo y hasta con los familiares...

"Pasaron por fin los años y estos diálogos enloquecidos fueron disminuyendo hasta que buenamente retorné a "...la sana costumbre de hablar solo"; sin pasar por mayores contratiempos: me hablaba y me contestaba en privado ó, en voz muy baja si había alguien cerca; y sólo usaba frases breve y enfáticas. Aunque a veces, es cierto, también profería alguna mala palabra -si cometía una estupidez.

"Sintiéndome recobrado, decidí adquirir una 'laptop' y acercarme a una joven maestra quien me enseñó desde cómo conectarla hasta la difícil tarea de mover el 'ratón' (o mejor dicho, el cursor) con dos dedos; pasando, entre tanto, por varios programas que son de cajón. Una vez superada esta prueba, y no sin cierto temor, emprendí la otrora imposible y prohibida labor de crear un blog...

Durante varios meses me sentí inmensamenrte feliz de poder escribir y de comunicarme con tanta gente en una forma veloz y directa. Seguí contento perfilado de esta manera, pero, casi al cumplir el año, las cosas tomaron el rumbo que presentí y siempre evadía: de la nada, como un fantasma, algo o alguien se dió a la terea de meterse a mi blog. La 'presencia' -como le digo-, empezó a mostrarse borrando de pronto frases o párrafos que me costaba reconstruír. Luego, desapareció entradas enteras y, finalmente, para mi desgracia, fué metiendo la mano pachona al cambiar de plano el sentido de lo que decía y plantar erratas que apenarían a un párvulo de preprimaria.

"Como tu bien sabes, amigo, así fue que dejé de escribir hace tiempo. Tanto, que me da la impresión de que aquello sucedió en otra vida. Por ello, Bernardo, te pregunto: ¿por qué aparece tu nombre en mi muro, tu foto en mi perfil y tu clave y mi password son idénticas?"

20090903

Un soneto


Café de la Escandón que leo en tu esquina
cómo se llama el fin de mis faenas;
Quevedo bautizó su aguamarina:
“El resquicio barbado de melenas”.

He buscado el confín de mi existencia
tres centímetros bajo tu cintura.
Yo soy el artefacto que codicia
medirte con la lengua la estatura.

Soy la lanza que hiere y placer trae.
Perpetúo con mis ansias la mudanza.
Soy Cuauhtémoc, el águila que cae.

Eres arroz, frijol, fuiste garbanza,
absurdo, rima, currículum vitae,
vino con mosco pero de buena crianza.